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01.12.2003.

Babasónicos y una engañosa ilusión de movimiento

La banda tocó en Rosario al aire libre y al lado del río Paraná. La crónica de Carolina Taffoni, para La Capital de Rosario.

Publicado en Diario La Capital (Rosario)

 

Si miráramos a "Miami", "Jessico" e "Infame" como una especie de trilogía, podríamos decir que al nuevo disco de Babasónicos le toca la peor parte. En "Infame" el chiste ya no funciona, o provoca un simple gesto de simpatía. ¿Qué es "Irresponsables", el tema de difusión, más que la continuación, tipo saga "Star Wars", de "Desfachatados" ("Miami") y "Los calientes" ("Jessico")? "Suturno" es un "Deléctrico 2", "Pistero" es "El playboy" disfrazado de Travolta, "Mareo" repite la onda bolero (pero a años luz de "Rubí") y los calientes ya están recalentados en la salsa de histeria, sexo y amor que reaparece en "Risa", "Y qué" y "Putita". Las referencias explícitas a "Fame" o al "cuelguen al DJ" de los Smiths, las consignas tipo "la música no tiene moral", ¿todo irá a parar al álbum de figuritas para coleccionar? Si Babasónicos se cansó de hacer discos de ruptura, como dice Adrián Dargelos, entonces pensemos, en el mejor de los casos, que el grupo está en eso de encontrar la canción pop perfecta, un trabajo de mucha receta y fórmula.

En el recital del viernes, de todas formas, los Babasónicos no pusieron a "Infame" a prueba. Fueron a algo más seguro. La banda hizo ocho temas de "Jessico" (un arsenal cargado de hits), contra tres de "Infame", un par de "Miami", dos de "Trance Zomba", una perla perdida de su disco debut y otra de "Babasónica". El lugar (el complejo La Usina, al aire libre, al lado del río) era de final de película romántica, pero el sonido, por lo menos al comienzo, no daba para enamorarse. Igual "Paraguayana" se aguanta cualquier metida de pata en la puesta en escena.

Cuando la gente estalló con "Los calientes", el gran hit de "Jessico", quedó al descubierto que sólo unos pocos habían disfrutado el tema anterior, aquel "Patinador sagrado" del 94. Para los que querían más recuerdos llegó "Sheeba baby", pero el presente aterrizó enseguida con "Irresponsables" y siguió con una versión apagada de "La Fox", se soltó con "Desfachatados" (nunca falla) y no pudo tener su momento onírico a pleno con "El loco". En esa seguidilla, "Natural", más que un temazo de otra época parecía una canción de otro planeta.

Vuelta a la tierra, "Soy rock" sonó a un cóctel entre Queen y algún grupo de cumbia villera. Dargelos desplegó todo su numerito y demostró que nunca defrauda como showman. "Once", un tema nuevo, ciento por ciento rock babasónico, casi provoca una sobredosis con su invocación "trae a mi casa mi rock and roll". El final fue una "gran Jessico" con la explosiva "Pendejo", que siempre gana mucho en vivo; "Fizz", el estribillo que nunca te cansa, y "Deléctrico" para bailar en continuado.

La gente miraba el reloj y esperaba alguna que otra compensación. Los Babasónicos pagaron con otro estreno, "Sin mi diablo", y el número puesto de "Rubí". Cuando empezó a sonar "Sátiro" daba la sensación de que la banda recién estaba calentando motores. Pero habrá sido sólo el espejismo de otros tiempos, porque acá el show se estaba terminando. Es muy probable que recordemos este recital como una linda noche de primavera con la bizarra escenografía de un barco abandonado en el río. Por las sorpresas, habrá que seguir buscando en otra parte.

 

 

ENTREVISTA > VICTORIA MIL Y LUCIANO CAMORRA, ALIADOS SONICOS

La banda de los desfachatados

Son los nuevos protegidos de los Babasónicos, que los producen y los llevan de gira, y representan un modelo de rockero que mezcla psicodelia de suburbio con glamour céntrico.

Visitas. Llegado de Temperley, Julián della Paolera se moja la cabeza para cortar el calor. Miguel Castro, su co-equiper en Victoria Mil, está instalado en una casa en Palermo, con ambiente de agencia publicitaria, patio y terraza, como para no extrañar Adrogué. "Acá la noche se hace más fácil". Comparte la reflexión, Luciano Camorra ("Luchi para los amigos"), otro flamante vecino palermero, un made in Lanús. No son nombres nuevos, claro: hace más de diez años que recorren recitales y fiestas, ya sea como público o como músicos, pero ahora cuentan con el respaldo decisivo de los masivos Babasónicos. "Puntero", el álbum debut de Camorra, cuenta con la producción de Dárgelos e incursiones de casi todo el grupo. Y "Este cielo de estrellas caerá", el nuevo de Victoria Mil, con Diego Tuñón como productor, fue grabado para Bultaco Discos, sello propio babasónico.

Pero, además, los dúos (Luciano se completa en vivo con Noelia Mourier) están linkeadísimos: la agitada agenda social de su nuevo barrio los convoca en intensas rondas nocturnas de cuanto show-evento-inauguración-fiesta que valga la pena. Si hasta los Victoria Mil montaron sus propias celebraciones (las Fiestas Ponche en eldorado, donde tocó Camorra, claro) con un clima que mezcla la electrónica y el rock. Seguramente de fiestas así habrán salido versos como "El microcentro se ve borroso/si estás parado en una piedra china" o "Fuiste una estatua en una fiesta en el Centro". Como rockeros suburbanos, siguen llamando "centro" a todo pero ese sentido narcótico recorre todo el cuarto disco de Victoria Mil. Una rara cruza de dub teñido de percusión de Oriente en formato canción. Y algo similar pasa con el sentido del humor del disco de Camorra con letras que coquetean en la zona favorita del rock: los excesos. Y eso los ubica en un lugar del under 03 junto a grupos como Brian Storming, Travesti o El Ojo de Sánchez.

Finalmente, la alianza tomó forma de gira durante tres semanas cuando se sumaron en un BabaFest por 12 ciudades del país junto a Dárgelos y sus desfachatados. "En San Luis, cuando le preguntaron por nosotros, Diego Tuñón comentó que era un lujo mostrar este show. Yo concuerdo", dice Julián.

-¿Qué diferencia hay, para grupos desconocidos, al tocar en el interior?

-Julián: La gente va con una libertad tremenda. En Buenos Aires nos pasa lo mismo desde el primer disco: todos esperan hasta que se ha bla bien de vos, para sumarte a la lista de lo que hay que ir a ver.

-Miguel: Cuando no nos estábamos divirtiendo, soñábamos que nos estábamos divirtiendo.

-Julián: Era increíble. Lo veía a Luchi tocando con la misma soltura que en un show para 400 personas pero abajo había 3.000 personas.

-Luciano: ¡Ojalá que en el verano se arme el BabaSurf!

 

 

Buenos Aires, 2 de noviembre de 2002 -

Recital en el Luna Park

Babasónicos, más freaks y populares que nunca

La glamorosa banda brindó un excelente show ante un Luna Park repleto. Hicieron todas las canciones de Jessico y presentaron la erótica versión femenina del video Rubí. Mirá lo mejor del recital, que Terra transmitió en vivo.

Innovación, eclecticismo, audacia, glamour. Son algunos de los sustantivos que sin duda se asocian con Babasónicos. Ya es tiempo de agregar definitivamente uno más: popularidad.

La banda de Lanús llenó el Luna Park con una propuesta arriesgada, la misma que vienen sosteniendo desde hace más de diez años, cuando arrancaron, allá a comienzos de los '90, en medio de la escena sónica.

El show fue algo así como una nueva presentación de su último disco, Jessico (hicieron todas sus canciones), aunque bien diferente de la anterior -el año pasado en el Gran Rex-, en cuanto a escenografía y ambientación. Una telón translúcido se corría delante los músicos y sobre él se proyectaban animaciones (sobresalió la de Viva Satana!)

El comienzo fue arrollador, con Deléctrico y Desfachatados. Los chicos y chicas del público respondieron desde el primer momento y el fervor no decayó durante toda la noche.

Imposible descifrar qué clase de demonio posee a Adrián Dárgelos en escena. El cantante no dialoga con la gente pero salta corre, y baila desenfrenadamente. En un momento pregunta "¿Quieren rock?". Y la respuesta no es un contundente "sí", como cualquier desprevenido podría haber creído.

Es que entonces llega el turno de Soy rock, una canción de su último disco, que (des)califica al género aparentemente más transgresor como "una puta, mantenida por la propaganda". Antes ya había sonado Camarín, con su trato despiadado hacia los críticos. Babasónicos no deja de ser un grupo de rock, pero le pega al establishment rockero con una precisión envidiable.

Es difícil rescatar momentos más calientes que otros, pero podrían ser -justamente- Los calientes -con versión remix incluida-, la vieja 4 AM y El adversario, aquella canción que habla de Satán, pero también de Eduardo Duhalde.

Sobre el final llegó la esperada versión femenina del video Rubí, de Juan Cruz Bordeu, en simultáneo con la anterior. Así se pudo ver a un chico y una chica masturbándose al mismo tiempo en pantalla gigante.

Para los bises quedaron Playboy, El loco y Sátiro, un cierre impactante para la presentación de la banda que brinda el rock más deforme que se pueda concebir.